Thursday, 8 December 2011

(Conga) Oportunidad de Oro


Necesitamos seguir creciendo e incentivar el desarrollo, es cierto. El proyecto Conga generaría más trabajo e ingresos para la región y el país, es cierto. Es tecnológicamente posible crear lagunas artificiales transvasando el agua de las lagunas naturales, es cierto. También es cierto que hay algunos intereses más que cuestionables detrás de las protestas.


Laguna Yanacocha en 1992
Pero la pregunta inevitable es: ¿qué haremos 5 ó 10 años luego, cuando las lagunas, naturales y artificiales, estén vacías de oro y de agua, de plantas y animales? ¿Habremos de decirle adiós a Yanacocha y poner un epitafio en el gran forado negro que diga “Acá hubo un espejo de agua”? ¿Y qué haremos con nuestras esperanzas de desarrollo, los puestos de trabajo, los cómodos ingresos que dejaremos de percibir? ¿Habremos de suplicarle a Yanacocha (o al mejor postor) que nos obsequie más forados negros a cambio de dólares y la esperanza de desarrollo por 5 ó 10 años más? ¿Y cuando toda la selva y las quebradas, los ríos y las montañas, las cochas y las granjas sean una red de forados negros mirándonos interrogantes sin entender bien qué sucedió con su rico y diverso contenido, qué haremos?



Laguna Yanacocha y alrededores en 2006
Definitivamente secar cuatro lagunas, eliminando todo el equilibrio ecológico que depende de ellas, para convertirlas en tajo abierto y botadero es una atentado contra la naturaleza; sin embargo, reducir este asunto a “Conga va o Conga no va”, por ende, “formen filas, señores” es una simplificación facilista del problema, comprensible de Yanacocha o las comunidades cajamarquinas mas no del gobierno.


En este proyecto no sólo hay de por medio ingentes cantidades de dinero sino también puestos de trabajo directo e indirecto, expectativa del sector sobre un posible precedente y expectativa de otros sectores donde se espera mayor inversión extranjera. Todo sumado conforma una gran parte del presupuesto que el gobierno sabe que necesita para llevar a cabo cuanto plan de “inclusión social” y “transformación” se haya trazado. Lo último que este gobierno quiere es pasar del gobierno que consiguió el “gran salto” al gobierno que detuvo el crecimiento y nos devolvió al siglo XX.

Además, está la gran pregunta de ¿qué tal si el proyecto se cancela sólo para que mineros informales (aparentemente también protestando disfrazados de comuneros consternados o funcionarios responsables) corran a minar el oro y causen una peor contaminación de agua, flora, fauna y población, sin generar siquiera ingresos utilizables.

Por ello, si el gobierno decidiera optar una ciega posición anti Conga, se ganaría el apoyo del pueblo temporalmente, pero sería como matar la gallinita de los huevos de oro, pues mineros y otros grandes empresarios le declararían la guerra. Y si, por otro lado, optara por apoyar el proyecto Conga ciegamente, perdería el respeto y la confianza del pueblo y se transformaría en títere de los grandes empresarios.

No. Cualquiera de las dos posturas extremas significaría harakiri político para Humala y compañía. Sin embargo, la complicada situación actual significa una oportunidad de oro para el Presidente.

Por un lado, hay demasiado dinero de por medio como para que esta enorme minera tenga intenciones de tirar la toalla. Por otro, hay demasiado impacto ambiental como para que el pueblo ceda fácilmente. Así, inagotable presión del pueblo versus obscenas cantidades de dinero hace que esta enorme minera dependa del gobierno, mucho más de lo que quisiera; lo cual compele a este grupo empresarial en particular a hacer muchas más concesiones de las que haría normalmente y al sector extractivo en general, incluyendo a la prensa, a ser más “comprensivos” igualmente.

Laguna Perol Hoy 2011
De modo que el gobierno puede utilizar este colosal impase para establecer nuevas reglas del juego, no sólo en Cajamarca sino en todo el Perú,  tales como cuotas de intercambio científico y tecnológico que genere industrias de apoyo al sector extractivo, participación comunal en el accionariado de las empresas extractivas (o como quería parte de Puno hace algunos años, participación empresarial de las comunidades interesadas en el proyecto mediante asesoramiento técnico y empresarial de la empresa extranjera), delimitación de zonas intangibles por importancia ecológica o arqueológica, etc.

El asunto es buscar acuerdos donde ganen todos, incluyendo nuestros nietos: las empresas, las comunidades, la ecología, el Estado, y que generen industrias que mantengan un desarrollo sostenible cuando ya no haya mineral por extraer.

Todo un reto que es una oportunidad de oro para el gobierno actual. La pregunta es ¿la tomará?